Aqui está nuestro mundo de fantasias.

Esperamos que viajeis con nosotras a otro mundo, que os dejeis llevar por lo que Black Girls os ofrece que entreis en nuestras historias y seais parte de ellas.
By Black Girls

sábado, 20 de agosto de 2011

Dark Mountain.

Cap 8  Amenazas y más amenazas. (Violet)
-Sigues en el límite, estás jugando con tu vida cariño y- me miró altiva mientras se recorria la habitación- sabes perfectamente de lo que soy capaz. Te habrás enterado de que yo, me voy a casar con Bruno. No obstante, intentaré  que Angelito sea mi amante.
-No , no puedes hacerle eso a Bruno- una lágrima corría por  mi rostro.- Y Angelo tampoco merece ser el segundo plato de nadie.- La rabia corria por mis venas.
-Mira, cambiate y cenemos. Podrás ¿no?
-La enfermera me ha dicho..
-Lo que diga la enfermera está de más.
Me puse, a duras penas un traje negro y dorado. Mi pelo estaba recogido, como siempre en mi fiel moño trenzado aunque, al no tener muchas fuerzas  algunos pelos se salieron.
Bajé las escaleras y entré al comedor. Me senté junto a mi madre y la señora Davini. Era un mujer agradable y risueña. Siempre tenía palabras amables a mano.
 Angelo  y Bruno aparecieron poco después y se asombraron al verme.
-Creí que no vendrías -dijo Bruno
-No debía venir- aclaró Angelo- por cierto señor Davini, mis hermanas Bianca y Aurora vendrán ya que yo no puedo irme.¿Hay algún problema?
-En absoluto- accedió Bernardo
-Ahora que lo menciona- comenzó mi madre - mi hijo Marcus, que acaba de regresar de Inglaterra vendrá  . ¿No os  importa verdad milord?
- Para nada. Vuestras familias es bienvenida en mi casa.
-Volviendo al tema inicial - comentó Angelo- Violet, ¿tu no deberías estar en cama?
- Me siento mejor, asi que decidí acompañaros en la cena -mentí.
Bruno y Angelo me miraban y yo me sonrojé y les miré por el rabillo del ojo.
Frenté mía Alda, me pegó una patada.
-Mi querida Violet, ¿Nos contarías cómo te pasó esto?- pregunto Bernardo
-Pu-pues - recibí otra patada por parte  la arpía- m-me cogió un... un... - no se me ocurria nada ¡Dios Santo!- un... ¡Asaltante de caminos!. Iba tan tranquila yo por el bosque cuando se me acercó para robarme lo que tenía.
-Pero, hija te hubiesemos encontrado en paños menores, ya  que tu vestido es bastante caro.
-Violet, si no me dices la verdad y yo lo o la  encuentro por mi cuenta y descubro que no es veraz que fuese un asaltante, te verás en serios problemas.
-¡Estoy muy confundida! Por favor Señor Davini, hablaré con usted cuando tenga mis ideas claras.
Angelo me lanzaba miradas cripticas, yo no sabía ni lo más mínimo a que se debían. Tal vez intentase  descifrar la verdad a traves de mis ojos. Pero algo estaba claro, estaba preocupado por mi. Lo notaba. Aunque se le veía frio ante mis comentarios. Como  cuando sabes la verdad de algo y oyes las patrañas que cuentan por no soltar la información.
Bruno mientras tanto me miraba nostálgico.Cómo si supiese que él  nunca podría  estar junto a mi por su dichoso matrimonio. También lo noté comprensivo conmigo. Sus ojos azules me miraban con la compasión y el dolor  impregnados en ellos.
 Y yo, entre esta oleada de sentimientos me sentía insignificante. Podría contarlo todo, ser sincera y que Alda pagase por sus pecados . Pero no lo hice, no quería que me hiciese daño; ni a mi ni a mi madre o peor aún que se encapriche de mi hermanito mayor Marcus. Que es muy guapo por cierto.
Por hablar un poco de todo, Marcus es un mujeriego empedernido, algo cruel pero muy dulce conmigo y mamá. Es inteligente y atrevido. Un chico perfecto para cualquier mujer. Tiene el pelo color chocolate con los ojos castaño claro. El chico más lugurioso que ha nacido. Aunque cuando quiere puede ser bueno.
-Violet-  interrumpiendo mis pensamientos el señor Davini me hablaba-¿Podrías pasarte  otro dia por mi despacho? Me gustaría hablar a solas contigo.
-Sin problemas- Accedí
Ya eran las nueve y media, asi que me dirigí a mi cuarto. Dormí de un tirón
Corría. Sabia por lo que corría. Mi vida estaba en juego. Un hombre con capa grisacea me pisaba los talones y yo me sentía  sin fuerzas, sabía que iba a caer de un momento a otro y perdería.
No sabía quien era ese asesino que me seguía  lo único que conocía de él era que había sido el  que le quitó la vida a mi padre. 
Una piedrecita hizo que tropezase y  tenía al encapuchado encima. Se acercaba a mi. Besó mis labios. Pero no se porqué seguí el beso, sentía como si lo conociese.Recordé quien era y  lo empujé para zafarme de él.
-¡Sucio bastardo!- grité- ¿Fuiste tu quién mató a mi padre?
Asintió.
-¡Revelame tu identidad!
-Violet, siento lo que le hice pero hay motivos por los que le quité la vida- reconocí esa voz. Angelo. Las lágrimas recorrieron mi rostro, paseándose por el con total tranquilidad.
-¿An-angelo?- pregunté confusa.
-Si amor mío soy yo- susurró en mi hombro ¿cómo había llegado hasta allí?-Nadie puede saber  que yo fuí el asesino. Ahora que tu lo sabes tendre que...
Desperté, exasperada, asustada sudando y llorando. Máldita pesadilla.
Me levanté de la cama y  quise mirar mi reflejo, pero no tenía.
-Ya  no te queda nada, ni siquiera tu propio ser- me decía Angelo que apareció a mi lado.
-¿Qué dices?
-Me amas ¿ no es cierto?- parecía que se  burlase de mi.
-S-si- tartamudeé
-Yo a tí no, solo eres un pequeño juego.- me cortó la muñeca con una navaja y empecé a desangrarme.
-¿Qué me has hecho?-grité por el dolor.
-Herirte, matarte odiarte-me susurraba- y sobre todo amarte. El amor duele, tanto como que sientes que te desangras cuando no es lo que crees.
Abrí mis ojos ,de un salto salí de mi cama y me dirigí al tocador donde se encontraba mi espejo.
Me veía, estaba horrorosa. Aun eran las doce de la madrugada. No podría conciliar el sueño asi que me vestí, me arreglé el pelo y me maquillé.
Una y medía de la mañana, y yo en vela. Esta pesadilla me habia afectado de veras.
Sentí unos pasos fuera de mi habitación. Cogí un candelabro y me encaminé a la puerta.
-Violet- susurró Angelo- ¿Qué haces despierta?
-Eso mismo debo preguntar yo-repliqué
-Bueno... yo... es que... necesitaba...necesitaba verte.
-¿A mi?
-Si a ti - con el brazo en mi cintura me acercó a su cuerpo. Sentía  un cosquilleo y miles de mariposas volaban libres en mi vientre.
-Angelo
-Violet
Nos besamos.Sentí sus carnosos labios entrelazarse con los mios.  Acariciando cada palmo de ellos. Sintiendonos parte el uno del otro. Posé mis brazos alrededor de su cuello y le revolví el pelo. Movía su lengua en mi boca, el beso subia de tono y yo me sentía  extasiada, en el séptimo cielo. El beso continuaba y no ví atisbo de final para él.
-Deberia...deberia irme- balbuceó
-S-si s-será -l-lo - m-mejor- tartamudeé.
Me tiré en mi cama y caí en un sueño profundo, sin pesadillas sin problemas, solo estabamos él, Venecia y yo.
-Hola princesa- susurró  en mi oido Angelo.
-Hola-le imité con voz dulce pero soñolienta.
-Aun son las cinco de la mañana
-Entonces ¿para que me despertaste?- inquirí indignada
-Para esto- empezó un beso para mi interminable. Se metió en mis sábanas y besándonos  caimos en los brazos de Morfeo.

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